Existe la creencia generalizada de que en el ámbito educativo la igualdad ya está superada, en parte porque el acceso de mujeres a puestos de trabajo tradicionalmente masculinizados es cada vez mayor. Sin embargo, y a pesar de los avances en los últimos años, sigue habiendo desigualdades de género en el sistema educativo, que empiezan a manifestarse sobre todo en la educación postobligatoria, donde se engloba la Formación Profesional, y en la que el estudiante debe elegir el itinerario formativo que le pueda encaminar hacia su futura profesión. Dicha elección se traduce a posteriori en la desigualdad existente en las condiciones de entrada y de participación en los entornos profesionales a los que los estudios conducen.
En la Formación Profesional, que sigue estando claramente masculinizada a día de hoy (60% de hombres frente a un 40% de mujeres ), las elecciones formativas sesgadas por razón de género son muy evidentes: de las 26 Familias Profesionales hay 5, orientadas hacia los servicios, claramente feminizadas, mientras que se observa una dispersión masculina por el resto de familias con mayor concentración en la industria, la construcción y las nuevas tecnologías.
Los datos de matriculación del curso 2020-21 en BIRTLH reflejan la misma realidad:
La presencia de mujeres en las especialidades del sector industrial (Fabricación Mecánica y Electricidad y Electrónica) sigue siendo minoritaria, si bien es cierto que en los últimos años se observa un ligero aumento de la matriculación de mujeres sobre todo en el ciclo de Diseño en Fabricación Mecánica. De manera similar, ni 3 de cada 10 estudiantes son mujeres en las ramas informáticas.
En el sector servicios, sin embargo, los datos se invierten y el peso de las mujeres es de un 68,74% frente al 31,26% de los hombres. Se han incluido en este bloque los ciclos Administración y Finanzas, Cocina y Gastronomía, Emergencias Sanitarias y Atención a Personas en Situación de Dependencia, especialidades que reproducen en gran medida el papel que la sociedad atribuye tradicionalmente a las mujeres (los cuidados y la atención de las personas y del hogar). En ese contexto, BIRTLH se une a la llamada de Emakunde para este 8 de marzo a visibilizar, valorar y repartir las tareas de cuidado entre mujeres y hombres, y entre las instituciones y la sociedad en su conjunto.
“Tenemos que apostar por una Formación Profesional que forme a más mujeres y hombres en los sectores deficitarios de cada género porque va a contribuir a que ellas y ellos puedan construir su proyecto profesional en igualdad» explica Isabel Villamor, orientadora de BIRTLH.
Para seguir promoviendo la igualdad de género en los diferentes ciclos formativos, existen experiencias como el proyecto #Pioneras FP de HETEL Euskadi, que tiene como objetivo animar a las mujeres a romper moldes y realizar estudios de FP industrial.