En un compromiso continuo con una enseñanza más inclusiva que garantice la igualdad de oportunidades educativas, cada vez más centros de formación están intensificando sus esfuerzos para mejorar la accesibilidad de sus plataformas y contenidos digitales. Las iniciativas no solo tratan de cumplir con los estándares de accesibilidad, sino que también buscan enriquecer la experiencia de aprendizaje para todos y todas las estudiantes, creando entornos educativos más diversos e inclusivos, independientemente de su situación de discapacidad.
BIRTLH no es ajeno a esta tendencia y lleva ya varios años implantando una serie de herramientas y acciones en esta dirección. En estos momentos, además, varias personas del equipo de contenidos del centro están asistiendo a un curso sobre la accesibilidad de contenidos en entornos digitales de la mano de Zuriñe de Anzola, consultora y formadora en accesibilidad universal, en ASMOZ Fundazioa. Ella nos ha ayudado a despejar algunas dudas.
Antes de nada, ¿Es del todo correcto hablar de personas con discapacidad?
El término “persona con discapacidad” es correcto. Ahora bien, los productos, servicios y entornos que son diseñados sin tener en cuenta la diversidad humana ‘discapacitan’, crean barreras y discriminan. El foco pasa de la persona al entorno, pues son éstos los que deben responder a la diversidad y a las necesidades de las personas y no a la inversa.
¿Qué debemos entender por accesibilidad digital?
Es la condición o característica que deben cumplir productos y servicios digitales para que cualquier persona independientemente de su edad y situación de discapacidad pueda percibir, comprender y operar con sus contenidos y procesos, garantizando, además, en todo momento, la compatibilidad de los productos y servicios digitales con los productos de apoyo que utilizan las personas con discapacidad para acceder al mundo digital.
¿Qué se debe tener en cuenta al crear contenidos educativos digitales?
Los 4 principios de la accesibilidad digital son perceptible, comprensible, operable y robusto. El contenido debe ser percibido independientemente de las condiciones ambientales o habilidades sensoriales del alumnado. Si diseñamos un videotutorial, hemos de asegurar que la información sea transmitida por canales visuales y auditivos por igual, o si creamos materiales en PDF, aplicar pautas de accesibilidad al documento para que este sea leído visualmente (canal visual), oído a través de lectores de pantalla (canal sonoro) y leído táctilmente mediante una línea braille (canal táctil). El contenido también debe ser fácil de entender, no sirve de nada percibirlo si luego no comprendemos la información. La comprensión se consigue cuidando la estructura, jerarquizando correctamente la información, utilizando principios del lenguaje claro y de la lectura fácil, por ejemplo. El contenido digital debe ser operable, es decir, las personas hemos de interactuar con la información y los procesos a través de la forma que más se adecúe a nuestras necesidades y preferencias. Muchas personas sólo accederán al contenido digital a través del teclado y, otras tantas, con el ratón. Finalmente, debemos asegurar que los contenidos digitales utilicen plataformas, software, formatos… que sean compatibles con todos los sistemas operativos, navegadores y productos de apoyo presentes y futuros.
La accesibilidad digital beneficia y mejora la experiencia de aprendizaje de todas las personas, y no solo de algunas. ¿Opinas lo mismo?
Sin duda, la accesibilidad digital fomenta la participación, implicación y el bienestar. Plataformas intuitivas y contenidos bien estructurados contribuyen a que todo el alumnado mejore su proceso de aprendizaje, su satisfacción y compromiso, y reduce la frustración y el abandono.
¿Vamos por el buen camino?
Afortunadamente, se ha avanzado mucho. Hoy en día, la gran mayoría de las plataformas de teleformación y de videoconferencias son accesibles y ofrecen múltiples opciones de accesibilidad para los contenidos. Sin embargo, la clave creo que está en las personas, hace falta, por un lado, sensibilización y concienciación, y, por otro, que considero que es el más crítico, formación. Seguramente, ningún profesional de la enseñanza se cuestione el hecho de que los contenidos han de ser accesibles, el problema viene cuando hay que llevarlo a la práctica.
En ese esfuerzo por eliminar barreras, en BIRTLH intentamos ofrecer materiales accesibles, brindando alternativas tanto al contenido visual como auditivo con la inclusión de subtítulos y transcripciones para videos y textos alternativos para imágenes, lo que ayuda a que las personas que usan lectores de pantalla o con dificultades auditivas puedan seguir el contenido de manera efectiva. Por otro lado, los contenidos teóricos en formato texto llevan incorporada una funcionalidad que permite su consumo de una forma alternativa: con un clic, el texto se lee en voz alta y se resalta simultáneamente, con la opción incluso de agrandar el tamaño de texto para que cualquier persona pueda seguirlo sin problemas. Apostamos por un proceso de aprendizaje y trabajo continuo para conseguir un entorno educativo en el que ninguna persona quede excluida, conscientes de que aún falta mucho por recorrer.