En un mundo cada vez más tecnológico, el mercado laboral demanda cada vez más profesionales con perfiles STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts, Mathematics), que según parece ya no son suficientes para responder a los retos del futuro. Se constata además la existencia de una brecha de género en la elección de estudios (tanto en los Estudios Universitarios como en la Formación Profesional), siendo mucho más baja la probabilidad de que las mujeres elijan estudios y profesiones en este ámbito.
Doctora en Ingeniería Informática, Mari Luz Guenaga es profesora en la Universidad de Deusto. Ha dirigido y participado en numerosas iniciativas de promoción de las áreas STEAM entre la juventud, especialmente entre las mujeres jóvenes, como el proyecto Mujeres en la ciencia, celebrado recientemente, o Inspira STEAM del que es responsable. La conocimos en el encuentro de Moodlemoot Euskadi 2022 que tuvo lugar en Deusto el curso pasado y nos pareció tan interesante la labor que realizan para atraer a las más jóvenes hacia las profesiones STEAM y visibilizar y poner en valor el papel femenino en este ámbito que hemos querido compartir con ella este espacio y conmemorar de alguna manera este próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
En la Universidad, las mujeres siguen siendo mayoría, y en la Formación Profesional, aunque está aún lejos de ser equitativa, la presencia femenina es también, en general, cada vez mayor. Además, en el caso de la FP la desproporción entre hombres y mujeres disminuye a medida que aumenta el nivel formativo. Sin embargo, lo que sí se observa es que en los estudios relacionados con la ciencia y la tecnología el porcentaje de estudiantes mujeres disminuye notablemente ¿Existe aún la falsa creencia de que el conocimiento científico-tecnológico es cosa de hombres?
En algunos ámbitos sí y, además, desde los medios de comunicación aún se muestra una mayoría de hombres en determinados sectores. La informática por ejemplo, con carácter totalmente multisectorial, se aplica en todos los campos, pero las mujeres no se acercan tanto. Por un lado, por desconocimiento, porque la juventud no conoce todas las posibilidades que pueden ofrecer estos estudios, y por otro, por el mito de la dificultad. Si a esto añadimos la autopercepción de las mujeres sobre sus capacidades, en general inferior a la de los hombres, las chicas optan por estudios más fáciles de dominar o en las que se desenvuelven mejor, como son los idiomas, la comunicación, los relacionados con la creatividad, etc. Hay otra creencia errónea: “si no soy excelente en matemáticas en la ESO o en el bachillerato, no podré cursar estos estudios”. Luego, con la edad, nos damos cuenta de que esto no es así, y que aunque de joven no se sea tan hábil, es posible volver a engancharse completamente a las matemáticas o a las ciencias más adelante, bien porque cambia el profesorado, porque hay otra motivación o porque esos conocimientos se aplican en otros campos.
Los datos en algunos grados universitarios son demoledores. Cada vez hay menos mujeres que optan por los estudios de matemáticas, históricamente paritarios; la matrícula de las mujeres en informática sigue descendiendo; su presencia ronda tan sólo el 25% en la rama de Ingeniería y Arquitectura… ¿Estamos retrocediendo en este sentido?
Sí, así es. Volviendo a la informática, aunque en los últimos años se observa un ligero repunte, llevamos unos 30 años con tendencia a la baja. En matemáticas también ha habido un gran cambio desde hace unos años. Según datos que ofrece el Ministerio de Educación de España, hasta hace 15 años el número de mujeres y hombres era muy similar; es más, las mujeres eran más, pero desde entonces el número de mujeres disminuye año a año. ¿Por qué? Porque ahora las matemáticas se asocian al Big Data, la ciencia de datos, o la inteligencia artificial, mientras que hasta hace unos años han sido estudios con la docencia como principal salida laboral. La gran demanda de estos perfiles hace que quienes tienen estos estudios se incorporen rápidamente al mundo laboral, mundo en el que no hay mujeres. Es imprescindible entender por qué es importante que estén presentes en estos ámbitos: si no hay mujeres en los grupos de desarrollo de las tecnologías, no se tienen en cuenta su visión y sus vivencias, lo que implica que haya sesgos en los productos que se desarrollan. Y como decimos las mujeres, ocurre igual con todas las minorías, sean étnicas, culturales,etc. Hay que sumar e incluir todas las voces, si no hay diversidad, las miradas diferentes se quedan fuera. Además, hay que tener en cuenta que estas aplicaciones se utilizan posteriormente en otros procesos, como la selección y promoción de personal, o procesos de financiación de proyectos. Está demostrado, por ejemplo, que a las mujeres cuando los procesos de selección son a ciegas, nos va mejor que cuando se indica nombre.
¿Tienes en mente alguna tecnología o producto creado con los sesgos que mencionas?
Hay varios. Hasta hace poco, por ejemplo, si en el traductor de Google o Microsoft se incluía un texto como este: «The judge told the nurse to take care of the engineer» traducía al castellano «El juez le dijo a la enfermera que cuidara del ingeniero». En estas tres profesiones mandaba un mensaje subliminal sesgado de género, según el cual el juez («judge») es un hombre, la enfermera («nurse») es una mujer y el ingeniero («engineer») un hombre.
Que el estándar universal está basado en el cuerpo masculino no es una novedad. Así ha ocurrido con los cinturones de seguridad, las dosis de medicamentos o los patrones de las calles por las que van las máquinas quitanieves. Falta información. En urbanismo, en el diseño de espacios, o incluso en medicamentos, no hay datos suficientes sobre las mujeres.
Similar a lo que ocurre en la Universidad, con diferencias más acentuadas aún, en FP, la participación de las mujeres en familias profesionales de la rama de STEAM es minoritaria. Según varios estudios, aunque se aprecia una ligera tendencia al alza, de cada 10 estudiantes que eligen una familia profesional STEM, únicamente 1 es mujer. En BIRTLH, tenemos una matrícula más o menos paritaria, con un 57,3% de hombres y un 42,7% de mujeres (curso 2022-23). Sin embargo, los sesgos por razón de género en las diferentes titulaciones son muy evidentes, tal y como lo muestra este gráfico:
¿Qué te sugieren los datos de matriculación de BIRTLH?
Estos datos reflejan tendencias generales. En la Formación Profesional está muy arraigada la creencia de que hay profesiones relacionadas con los hombres: un mecánico, un electricista, un albañil,… en algunas profesiones hay muy pocas mujeres o ninguna. Faltan referentes. Otras profesiones, en cambio, se relacionan con las mujeres.
Existe además el mito imaginario, peor aún, de que quien curse estudios universitarios trabajará en una oficina o entorno más agradable que quien ha cursado un ciclo formativo. Asociamos la industria a un taller sucio, aunque muchas veces se trabaja con bata blanca, ordenador y paneles de mando, lo que aleja de alguna manera a las mujeres. Los estereotipos referidos a profesiones tienen mayor incidencia entre las mujeres y es necesario superar esta barrera.
Según un estudio realizado por INE (Instituto Nacional de Estadística) los hombres ganan un 23,9% más que las mujeres. ¿La elección de los estudios explica de alguna manera la brecha salarial?
La creciente demanda y a su vez la escasez de perfiles profesionales asociados a las tecnologías y ciencias, más masculinizados en general, se traduce en un aumento de los salarios. Se dan además otros fenómenos, por un lado, cuando los hombres entran en un campo éste se revaloriza y gana prestigio. Con las mujeres ocurre lo contrario. Por otro lado, también somos más flexibles o más modestas en alguna medida, por ejemplo, ante una promoción laboral, una mujer no se presentará si no cumple el 100% de las condiciones mientras un hombre igual sí.
¿Qué podemos hacer para atraer a las mujeres a estas profesiones relacionadas con las ciencias y las tecnologías?
A veces creemos que hemos avanzado hacia la igualdad, pero aún hay recorrido por hacer y hay que seguir trabajando en la sensibilización y la concienciación. Es un aspecto que hay que trabajar desde la niñez, y en ese sentido es importante la formación del profesorado y la sensibilización de las familias, para que desde la educación infantil vivan todo esto de manera natural. Aunque no lo pensemos, en nuestro día a día tenemos muchos sesgos y sin darnos cuenta enviamos mensajes concretos a las niñas sobre sus capacidades, introduciendo gota a gota sesgos en la educación y en el ámbito social.
También es importante visibilizar referentes y dar a conocer profesiones y profesionales con las aportaciones que hacen desde cada ámbito; se trata de poner espejos para que alguien que tenga que tomar la decisión vea reflejado su futuro. La Formación Profesional es la clave para salir de trabajos precarios, y eso hay que darlo a conocer.
Desde BIRTLH seguiremos trabajando con la convicción de que tiene que haber mujeres que opinen, lideren y decidan sobre el futuro, claramente tecnológico, que también nos pertenece.